lunes, 6 de febrero de 2017

La neurociencia y el pensamiento lógico matemático (2)

Intentemos ubicar el área del cerebro donde se procesa el desarrollo del pensamiento lógico matemático de acuerdo al trabajo publicado por diversos investigadores

Por: Aránzazu Ibáñez
Tomado de "Matemáticas en el cerebro" consultado el 3 de febreo del 2017 de
http://aranzazu5.blogspot.pe/2012/06/matematicas-en-el-cerebro.html

Como podemos observar, parece que existe cierto consenso en determinar que es en el lóbulo parietal izquierdo donde se ubican los principales procesos del pensamiento lógico matemático. Veamos: 

En el Lóbulo Parietal izquierdo, sobre todo en el surco intraparietal, el giro angular y la región superior como vemos en el primer cerebro de la imagen observamos que se realiza la atención, la conciencia espacial, los cálculos matemáticos exactos propiamente dicho. Por otro lado, en el segundo cerebro de la imagen podemos observar que en el lóbulo parietal del hemisferio derecho  se ubica la comparación y aproximación de números, o sea es el área de el cálculo aproximado como vemos en la siguiente imagen:

esquema zona cerebro

Imagen tomada de la Página web "el origen del hombre" 
http://www.elorigendelhombre.com/objetos/mente%20cerebro%20zonas%201.jpg



En esta imagen observamos específicamente cómo el área de cálculo matemático exacto se ubica en el lóbulo parietal izquierdo; y, el cálculo matemático estimado se ubica en el lóbulo parietal derecho.

Obviamente, como se observa en la primera imagen arriba, cualquier lesión en estas áreas va a originar la adquisición de la Discalculia o acalculia, con sus diversas problemática de cálculo.

En éste vídeo, podemos observar a partir del minuto 10 como se procesa la matemática en nuestro cerebro.

https://youtu.be/RpTzYSNpgUI

La neurociencia y el pensamiento lógico matemático (1)



La neurociencia de hoy, se encuentra realizando estudios pormenorizados para determinar el cómo nuestro proceso responde a estímulos matemáticos así como ejecutar las tareas matemáticas 

"El avance de las neurociencias está permitiendo estudiar a fondo y cuestionar los modelos de explicación de procesos de [...] la habilidad matemática [...] los estudios de pacientes con lesiones cerebrales, así como la neuroimagen y el uso de aparatos como la Estimulación Magnética Transcraneana, son métodos que hoy por hoy ceden a hipótesis de cómo el encéfalo realiza tareas matemáticas y las rutas neuronales que se encargan de estas funciones." 

Todo apunta que la forma en la que procesamos la matemática en el cerebro se divide en "dos subprocesos que a su vez comparten y difieren en redes neuronales" 

- El sentido numérico (pensamiento numérico)
- El cálculo aritmético. 

Sentido Numérico: Es la capacidad matemática para determinar las cantidades y de realizar conteos. Los estudios psicológicos demuestran que esta gabilidad matemática está presente en los niños desde pequeños y se considera como la "información genética de la especie" 

El Cálculo Aritmético: Es la capacidad cognitiva más completa que alcanza el ser humano, puesto que se tiene que interrelacionar las cantidades por medio de reglas "especiales y semánticas" en distintas combinaciones y productos respetando las convenciones lógicas.

(los entrecomillados son tomados de Wikipedia)

domingo, 5 de febrero de 2017

La discalculia y la acalculia


http://es.slideshare.net/kathizita24/discalculia-y-acalculia

En este slideshare vamos a encontrar las definiciones y diferencias de la discalculia y la acalculia.

Entender la discalculia


https://www.understood.org/es-mx/learning-attention-issues/child-learning-disabilities/dyscalculia/understanding-dyscalculia

Interesante y recomendable artículo sobre la discalculia y en dónde podrás encontrar respuesta a las siguientes preguntas:

La acalculia según el Diccionario (virtual) de Neuropsiclogía

https://www.ucatolica.edu.co/portal/wp-content/uploads/adjuntos/biblioteca/diccionario-neuropsicologia.pdf

Veamos, a manera de definición de términos, lo que señalan los neurólogos Ardila, Arocho, Labos y Rodríguez en su Diccionario de Neuropsicología publicado el 2015 sobre Acalculia (cabe señalar que no mencionan el término de discalculia)

Acalculia: Trastorno adquirido en las habilidades numéricas. Henschen (1922, 1925) introdujo el término acalculia para referirse a las alteraciones en las habilidades matemáticas en caso de patología cerebral.

Acalculia espacial: Deterioro de la capacidad para llevar a cabo cálculos escritos debido a la falla en el procesamiento de los aspectos espaciales en los problemas escritos de manera apropiada.

Acalculia primaria: La anaritmetia representa un defecto primario en las habilidades de cálculo. Corresponde entonces a la acalculia primaria. El paciente presenta pérdida de los conceptos numéricos, incapacidad para entender cantidades, déficit en la ejecución de operaciones matemáticas básicas, inhabilidad para utilizar reglas sintácticas en el cálculo (tales como "llevar" y "prestar"), y frecuentemente confusión de signos aritméticos. Desde el punto de vista del examen clínico, pareciera que el paciente ha olvidado cómo se encuentra organizado el sistema numérico.

Acalculia secundaria: Defecto en las habilidades computacionales derivado de un déficit cognoscitivo diferente: memoria, atención, lenguaje, etc.

viernes, 3 de febrero de 2017

Mi relación con las matemáticas:

Antes de hablar de discalculia y matemática, creo que es menester comentar acerca de mi propia relación con las BENDITAS Matemáticas.
El presente es el testimonio personal de alguien que, cuando niño, creyó que no nació para la matemática. Constantemente me veía enfrentado al fracaso escolar por culpa de la matemática.
Ahora desde la perspectiva adulta, podría hacer una crítica objetiva, la matemática la observaba como un juego que me retaba a pensar a analizar, pero el problema al que constantemente me veía enfrentado era a mi propia vehemencia, veamos tres elementos importantes de mis problemas con las matemáticas:
  1. Copiaba mal los números de la pizarra porque siempre quería ser el primero en terminar el ejercicio, al final hacia bien el procedimiento, pero al cambiar los números de la pizarra el resultado, obviamente me iba a salir mal.
  2. Omitía algún dato importante del problema que me planteaba y (otra vez) al querer ser el primero en resolverlo, me salía un resultado opuesto al correcto.
  3. Nunca me aprendí las fórmulas y siempre trataba de usar mis propios medios de resolver los problemas, a veces me ligaba pero la más de veces NO.
Estos son los tres graves problemas que tuve y mantuve durante toda mi periodo escolar. Pensé que la matemática era negada para mí. Pero, pero, la vida (al final de esa época) tuvo la delicadeza de darme una oportunidad para resarcirme con esa tara que arrastraba:

5to de Secundaria, año 1983, quinta nota. Me había pasado todo el año relajado en el curso y al final del 4to bimestre hice una somera evaluación, a ver: tenía 09, 11, 10 y... en el 4to periodo ¡Me había sacado 09! Desgracia, iba a estar jalado por primera vez en mi historia escolar en ¡Matemáticas! ¡No podía ser! a ¿Carlos Benavides? ¡No! ¡No puede ser! tuve un conflicto existencial tremendo que hizo replanteara mi situación, no iba a permitir semejante ignominia y, gracias a que ése año se instituyó la famosa 5ta nota, lo tenía que evitar a toda costa.
Pasé revista de la situación: tenía un libro de matemáticas que pocas veces usé durante el año, y además, un cuaderno de 200 hojas y que había usado hasta la mitad, me puse a practicar obstinadamente mañana, tarde y noche durante una semana completita. Se me acabó el cuaderno, me compré otro de 50 hojas el cual también llené de prácticas y más prácticas.
Llegó el día del examen y yo seguía practicando en el aula. Entró el profesor, yo me senté (como nunca) en ésa ocasión en primera fila, listo para hacerle frente a esa batalla. El profesor me observaba como a un bicho raro puesto que seguía practicando como loquito. Empezó el examen, no sé que veía el profesor, pero, mientras mis compañeros jalados (como yo) seguían en la luna, yo estaba ejecutando todos los problemas planteados en el examen, afiné al máximo mi atención para no equivocarme en copiar ningún numerito y menos comerme algún signo. Ahí estaba yo, un reconocido alumno relajado y poco atento en la matemática, trabajando como el más aplicado de todos. Imagino que al profesor le causó extrañeza ya que, en medio del examen se acercó a mi mesa y me dijo:
- Benavides, a ver enséñame tu cuaderno - y yo prestamente se lo dí. El profe revisó atentamente y, obviamente, se sorprendió que hubiera llenado el cuaderno con cientos de ejercicios desordenados y que él no había dejado. - ¿tú hiciste esto? me pregunto - Sí -respondí e inmediatamente saqué el cuadernito de 50 páginas que también había llenado. - y éste también - le dije entregándoselo. El profesor revisaba y asentía con una cierta sonrisa complaciente.
Me devolvió mis cuadernos. Asintió con su mirada y me dijo: - Veremos como saldrás.
Fui el primero (para variar) en acabar el examen y salí al patio a esperar. El profesor tenía que revisar ahí mismo y decirnos nuestra nota. Volvimos luego de dos horas al salón, y el profesor me llama primero y me dice: ¡Felicitaciones! te sacaste 20, si todo el año hubieras trabajado así Benavides. recibí el examen y mi autoestima no cabía en mí. Era el primer 20 que me sacaba y ¡en matemática! de no creer. 
Esta experiencia personal me sirvió para probarme a mí mismo que sí yo quería saber sobre la problemática matemática ¡Sí podía! por supuesto que, el grado de animadversión hacia ella que tenía en mí no disminuyó, seguí apartado de la matemática, pero ahora con clara conciencia  que no es que no la entienda o que sea imposible para mí, si no que simplemente: no le tengo paciencia.